La Pobla de Benifassa, es un municipio de 235 habitantes, Situado a 680 m.s.n.m. en pleno Parque natural de la Tinença de Benifassà, provincia de Castellón, limita con Teruel y Tarragona.
El pueblo, situado en la ladera de una colina, tiene estrechas y empinadas calles,
Aparcamos en la calle Mayor, ya que es la mas ancha del pueblo, también se puede aparcar a la entrada del mismo. Serpenteamos sus calles siempre en bajada, hasta llegar a las huertas del río Verd.
A la derecha, a la salida del pueblo, veremos los lavaderos o safarejos situados junto al barranco de la Pita.
Hay dos lavaderos, uno grande y techado, y otro pequeño abierto, este se utilizaba para lavar la ropa de la gente enferma.
Junto a ellos un abrevadero.
Doblamos a la izquierda y en 50 mt. vemos las señales que nos indican la Ruta Maquis.
La ruta esta muy bien señalizada, en algunos puntos que puede haber duda del seguimiento, hay hitos.
Es una ruta donde disfrutaremos de una maravilla de naturaleza agreste, con zonas de umbría donde predomina la encina o carrasca, y grandes zonas de cultivo de secano, la mayoría abandonados. Pero también es una ruta con grandes connotaciones históricas y etnográficas.
La ruta es de recorrido fácil, excepto la subida al campamento maqui, que es moderada.
Es la ruta número 5.
Continuamos durante 1 km., y a la derecha del camino, vemos el peiró de Sant
Antoni, santo muy venerado en la Pobla de Benifassa, donde cada enero se celebra la santantonada. En el muro que hace la curva, hay unos peldaños volados de piedra para subir al bancal.
Nos desviamos un poco de la ruta para visitar la Font de la Caritat, y luego volvemos a retomar el camino forestal. Se ubica detrás del peiró. Un verde sendero nos lleva a la pequeña área de recreo. Lugar relajado y con preciosas vistas del pueblo. Cada primero de mayo, los pueblanos organizan una romería - rogativa, a este lugar.
Junto a la fuente, pastos de ganado lanar, cercados con muros de piedra seca y una bonita barraca.
La senda se abre hacia grandes campos de cultivos de secano. En uno de ellos a la izquierda un pozo hecho de piedra seca.
Salpicados por la ruta, veremos masos, algunos en ruinas y otros cuidados.
El camino bordeado de aliagas con sus bonitas flores amarillas, se interrumpe por una valla o tanca. Podemos abrirla y pasar, pero hay que dejarla cerrada como estaba, así se controla el paso del ganado.
A 2 km. una intersección importante, tenemos que elegir entre el camino largo o corto. Nosotros elegimos el corto, y seguimos recta la senda, aunque ponga una x en un poste.
Nos encontramos con otro cerramiento de la ruta, pero lo pasamos sin problemas. Seguimos indicaciones de ruta 5.
Ahora sendas de umbría, en el borde del camino, una curiosa planta, de hojas palmeadas. Sobresale el tallo de su flores, de tonos verdes con un suave borde de color púrpura. La Helleborus foetidus. comúnmente llamada Hierba Ballesteros. De olor desagradable, es venenosa, de ahí su nombre, derivado al utilizarla en la Edad Media, para impregnar las puntas de las flechas en las batallas.
Mejor no tocarla.
Cruzamos un precioso carrascal donde la mayoría de las carrascas o encinas son de troncos bifurcados.
Continuamos ahora por campos abandonados, siempre hay un poste indicativo, o hitos, para guiarnos el camino.
El indice demografico en la Pobla de Benifassa, ha ido en gran descenso, provocando el abandono de muchos de los campos de cultivo.
El camino trascurre por una estrecha senda bordeada de piedra seca, y campos de almendros, con una gran carrasca o encina en su margen.
Cerca tenemos el Mas de Jacinto. Un conjunto de varias casas Construcciones hechas utilizando los recursos naturales y perfectamente integradas en el paisaje.
La senda continua en subida. El paisaje va cambiando. Carrascales, pinadas y campos. se van intercalando en el camino.
Llegamos al campamento Maqui. Nombre que define a los grupos de guerrillas que resistieron al franquismo durante años. Muy perseguidos por la Guardia Civil, buscaron refugio en esta zona. Un sitio escarpado y rocoso, con cuevas naturales y un gran barranco.
Difícil imaginar como se podía sobrevivir en un lugar como este.
Al borde del campamento aparece el Barranco de la Coscollosa. Las vistas son impresionantes.
Situado en un claro del bosque. Aunque en ruinas, se puede ver una muela de su molino. y admirar su construcción, sus vigas de madera, y sus perfectos ángulos de mampostería.
Un tramo del mismo, delimitado por piedra seca, salvando el desnivel.
Dejamos la pista forestal y accedemos a pista asfaltada, pero a los pocos metros la volvemos a tomar a la derecha.
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